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Pebbles on Findhorn Beach photo Andrew Urquhart from Flickr

Compartiendo Esperanza con los Dispersados

Editorial by Daniel Cabezas

Me gustan las reuniones, los entrenamientos y los seminarios, donde hermanos y hermanas se reúnen para entrenar y entrenarse en el nombre de Dios. Estas actividades sirven para recargar mis baterías espirituales, hacer nuevos amigos y, lo mejor de todo, ver viejos amigos que no había visto en años. En este tipo de eventos, nota la inmensa variedad de culturas y nacionalidades que conforman nuestra
Iglesia Adventista del Séptimo Día, la conferencia de Nueva Jersey es un bello ejemplo.

Mientras escribo, me viene a la mente 1 Pedro 1:1. Pedro refería a hombres y mujeres que tuvieron que distanciarse de su patria, muy similar a algunos de nosotros que nos mudamos a este país en busca de un mejor lugar para vivir.

A pesar de la distancia y la separación, para Pedro hay un vínculo que nos une a todos, donde sea que estemos. Él nos dice: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su misericordia nos ha engendrado de nuevo en esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos” (1 Pedro 1:3, NVI).

De acuerdo con este versículo, tenemos una esperanza viva. La esperanza que nos acompaña, nos ayuda y también nos urge a seguir avanzando en el camino hacia nuestra patria definitiva y a la eternidad. Esto significa que debemos alimentarlo, cuidarlo y multiplicarlo dando frutos en la mayor cantidad de gente posible.

Por esta razón, cuando nos referimos a “Compartir la esperanza”, estamos hablando de dar a los demás lo que ya tenemos, y mostrarles que, así como Dios nos ha dado una nueva vida, Él puede hacer lo mismo por ellos. Estas dos palabras son mucho más que un lema; deben ser una forma de vida, una realidad permanente en todos aquellos que, gracias a la divina misericordia de Dios, han renacido. Tal vez su pasaporte, cultura, o nacionalidad sea diferente a la mía, pero si hemos encontrado a Jesús, tenemos la misma ciudadanía, y hemos nacido de nuevo para vivir y compartir una gloriosa y maravillosa esperanza.

Daniel Cabezas es el pastor principal de la Iglesia de Bridgeton en las Conferencia de Nueva Jersey.

 

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